viernes, 21 de marzo de 2014

Aries, ingresar en la forma.

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Este signo rige sobre las fuerzas y energías tanto terrenales como universales en nuestro plano.
Es la primera fuerza de la manifestación vital que se desprende bajo el dominio del signo de Piscis,  tomando una forma corporal para poder penetrar la vida y la experiencia.

La fuerza vital fluye a través y por todo el cuerpo activando sus funciones, energía vital y materia se unen dando lugar a una nueva fuerza, la de expansión y avance a través de la cual se revela la vida.

Aries da un enorme poder vital generando mucha energía y fuerza física para confrontar, romper y avanzar.
En su naturaleza  no acepta obstrucciones ni limitaciones, si encuentra una limitación se torna agresivo, destructivo, violento hasta que se libera y puede avanzar nuevamente.
Podemos ver esto en el símbolo de Marte, un círculo con una flecha inclinada, el círculo es vida y la flecha movimiento para saltar límites extremos.
El 1º y principal objetivo al que promueve la naturaleza ariana es a abrir camino rápidamente,  causa de tanta fuerza y energía.

Aries representa al espíritu ingresado en la forma, la manifestación de la vida a través del nacimiento.
Es identificado por los cuernos del carnero, simbología netamente solar; los cuernos del carnero representan el centro vital, la primera conciencia de vida en la forma donde todo gira en su entorno. También fuerza poder y virilidad, como todo símbolo solar.

Este signo gobierna, entre otras cosas, las feromonas que regulan el comportamiento en todas las especies, entre ellos la feromona que provoca los hechos fisiológicos necesarios para ovulación y reproducción.

Aries en su naturaleza inclina a vivir el momento con gran intensidad, a rechazar las limitaciones, impulsa al   movimiento y actividad constante, al cambio y avance, netamente pasional provocando disturbios, inclina a ser el centro de todo sin prestar atención a nada más que a sí mismo,  el Ego como fuerza de supervivencia y adaptación.

Así entonces podemos entender a los nacidos bajo este signo, su natural necesidad de evitar la rutina, estar centrados en sí mismos, colocar atención, fuerza y energía en solo lo que hace en el momento. Pueden identificarse con otros mediante la confrontación, la competitividad, la agresión verbal y/ o física, son netamente territoriales. Ellos abren el camino para que otros puedan avanzar luego, lejos de ser egoístas solo responden a su naturaleza, dispuestos a colaborar en lo que sea, pero luego que culminan con lo que están haciendo, antes no es posible. Les caracteriza la impulsividad, propio de la fuerza vital que avanza.
Presionar o exigir a personas nacidas bajo Aries es provocarlos abiertamente a una confrontación.


   






© Cristina  Scharle 2014