Luna creciente en Aries.
En oposición a Plutón del eclipse de Mercurio activo.
La Luna es como el agua: fluye, deja huellas, revela patrones.
La Luna se mueve como el agua. Fluye en una dirección, y si seguís su recorrido con atención, podés ver una historia completa.
Imaginemos a alguien, toma agua en casa cada día del botellón. No mucho, apenas un poco. Pasa desapercibido. Pero con el tiempo, la falta se nota.
El agua fluye bien camuflada entre las rutinas diarias, pero hay algo que el ladrón no puede ocultar: sus propios hábitos.
Porque la persona que toma esa agua lo hace siempre el mismo día, a la misma hora, en la misma cantidad, usando el mismo método.
Ese es su error: cree que es lista, pero es perezosa para cambiar su patrón. Y los patrones repetidos, por más pequeños que sean, siempre dejan rastros verificables.
Las fases lunares revelan más que eventos: revelan patrones
Las fases lunares no buscan evidenciar solo lo que ocurre, sino cómo se repite y por qué. Y justo en medio de esa exploración, hay una sabiduría callada: quien no cambia su patrón, aunque crea que se esconde, deja huellas en el agua.
Este ciclo lunar en particular tiene una dinámica potente:
Luna Nueva en Sagitario plantó una semilla relacionada con creencias, ideales, búsqueda de verdad, expansión, principios éticos, libertad personal.
Es como si Sagitario preguntara:
"¿En qué creés? ¿Qué te hace sentir libre? ¿Qué es justo para vos?"
Luna Creciente en Aries responde con acción, impulso, necesidad de afirmarse, de tomar las riendas, de probar esas creencias, no solo en palabras, sino en hechos. Y Aries contesta sin titubear:
Voy a defenderlo. Ahora. Con mis propias manos. Sin permiso.
La Luna representa lo emocional, lo cíclico, lo automático. Nuestros hábitos, costumbres y creencias operan como ese ladrón: toman de nosotros sin que nos demos cuenta, siempre de la misma manera, día tras día.
Y cuando la Luna crece en Aries, un signo que no acepta órdenes de nadie, esa energía no tolera seguir funcionando en piloto automático.
Aries necesita autenticidad, acción consciente, libertad real. Si algo se le impone desde afuera (o desde adentro, por pura inercia), no solo se resiste: explota.
Pero hay más: esta Luna está opuesta a Plutón del eclipse de Mercurio de 1973, un punto que lleva más de 50 años marcando patrones colectivos sobre poder, relaciones y equilibrio.
Esa oposición expone todo. Saca a la luz cómo operan nuestras costumbres, creencias y defensas automáticas.
Plutón genera desconfianza, levanta alertas. Pero justamente por eso, nos da la oportunidad de descubrir el patrón, de ver cómo repetimos sin darnos cuenta.
En términos prácticos:
Este es un momento para preguntarse: ¿Qué estoy haciendo automáticamente, sin cuestionarlo?
¿Qué creencia opera en mí como ese ladrón que toma un poco cada día hasta que ya no queda nada?
¿Dónde estoy cediendo por costumbre, no por convicción?
¿Qué patrón llevo repitiendo desde hace años o décadas?
La Luna creciente en Aries invita a romper con eso. No desde la rebeldía ciega, sino desde la necesidad visceral de vivir desde lo auténtico, no desde lo heredado o impuesto.
Los patrones pequeños, repetidos, son los que más delatan. No es necesario hacer grandes gestos. Se requiere cambiar el gesto que se hace siempre igual, sin pensarlo, sin dudarlo, sin variarlo ni un segundo.
El trígono de Plutón: cuando los recuerdos emergen
Hay un elemento adicional en este momento astrológico que amplifica todo: Plutón transitando Acuario está en trígono a Plutón en Libra del eclipse del '73.
Los trígonos facilitan el flujo. Este aspecto abre puertas a memorias enterradas, a patrones que creíamos olvidados pero que siguen operando en silencio.
No vuelven para lastimar, sino para testificar. Para que podamos ver con claridad qué creencias configuraron decisiones pasadas, y si todavía queremos sostenerlas hoy.
Es un momento de arqueología emocional: desenterrar lo oculto, reconocer el patrón, y decidir conscientemente si lo mantenemos o lo soltamos.
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